
Para esta ocasión, la lluvia nos jugó una mala pasada en pleno mes de junio ya que hizo que la pista se convirtiera en una auténtica pista de patinaje. De hecho, finalizamos un poco antes de tiempo el partido porque jugar en esas condiciones era casi un suicidio.

En un bando: Adolfo, Capi, Victor, su primo, Leandro y Oscar.

Por el otro: Suki, Jose, Rubén, Felipe, Bucha y yo.

Durante todo el encuentro "tiró del carro" el equipo de Adolfo y nosotros intentábamos remontar una y otra vez pero el partido se decantó definitivamente del lado suyo en el momento que entró Oscar.




En fin, buen entreno ensombrecido por la tenaz lluvia que envolvió el cielo de Madrid esa noche.