martes, 24 de noviembre de 2015

WAIKIKI 1-4 QUINTA DEL 96



EL EQUIPO AZULINO SE AHOGÓ EN SUS PROPIOS ERRORES QUE ACABÓ PASÁNDOLE FACTURA PONIÉNDOSELO EN BANDEJA AL RIVAL EN VARIOS DE LOS CUATRO GOLES.

Jornada 6

Goles
David Labarra

No se a quién se le habrá ocurrido poner un horario de Liga a las 14:30 de un día festivo pero seguro que no suele comer a esa hora o no tiene familia con la que comer porque... vaya horitas para disputar un partido. Te rompe cualquier plan que tengas para almorzar...

En fin, a lo que vamos, sexta jornada de liga y enfrente un equipo que por su nombre, Quinta del 96, se podía deducir que muy mayores no iban a ser.

Bajas: Jesús, Paco, Rubén, Raúl y Ángel.

La premisa antes del partido era pulsar el botón del reset y arrancar con una estrategia o estilo de juego definida, esto es, ser pacientes con el balón, tener cabeza y tener el dominio del balón lo máximo posible.




Lo cierto es que más o menos funcionó en la primera parte. Tuvimos nuestras llegadas pero nos faltaba el último pase final con mayor precisión.




Por contra, en defensa, el rival llegaba de forma más clara pero les teníamos más o menos controlados.




Cuando quedaba menos de un minuto para el descanso, en un corner nos colaron el 0-1 en un fallo de marcaje. La verdad es que los últimos minutos los habíamos jugado de forma más embarullada y fue un duro palo aparte de gol psicológico, claro está.




En el intermedio, por un lado sabíamos que no lo habíamos hecho mal en determinados tramos pero en los últimos minutos las cosas se nos habían desmadrado un poco. Debíamos volver a la idea primaria pero fue complicado reforzar este aspecto debido a que en esos minutos de descanso cada uno intentó hablar para expresar su punto de vista y casi ni nos escuchábamos unos a otros.

Una vez algo más calmados, la segunda parte llamó a la puerta. El rival movía sus manijas más o menos bien arriba gracias principalmente a su jugador número 5, el verdadero motor de Quinta del 96 pero en defensa andaban más flojillos y ahí es donde debíamos intentar hincar más el diente.




El rival se puso 0-2 en el marcador. Las cosas se complicaban aún más. Nosotros no acertábamos a finalizar las claras jugadas de gol de las que disponíamos.


Al final en una de éstas, David Labarra se quedó sólo frente al portero, le regateó hábilmente y nos pusimos 2-1.




Todavía había esperanza y parecía que el empate podía llegar pero nos "pegamos un tiro" en varias jugadas claves. Periko no acertó en determinadas decisiones que tomó, principalmente una saliendo de la portería y otra sacando precipitadamente y nos "cascaron" dos goles de la forma más fácil posible. Esto hizo que el partido se pusiese ya muy cuesta arriba con 1-4.


Al final el resultado final fue ese. A la conclusión del encuentro, nuestro banquillo era un poema, nadie hablaba. Sabíamos que nuestros propios errores habían sido una pesada losa, apetecible para cualquier rival y que no se pueden conceder tantos regalos. En definitiva, Papá Noel llegó antes de tiempo a la Liga.

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