jueves, 19 de febrero de 2015

SALKEN 8-2 WAIKIKI


WAIKIKI SUFRE UNA DERROTA ESCANDALOSA ANTE UN GRAN SALKEN QUE SE APROVECHÓ DE NUESTROS NUMEROSOS ERRORES GARRAFALES.

LOS AZULONES PERDIERON SU SITIO EN EL CAMPO CUANDO NUESTRO COMPAÑERO RAÚL SUFRIÓ UN FUERTE GOLPE EN UN SALTO CON UN RIVAL QUE LE PROVOCÓ UNA IMPORTANTE BRECHA EN SU CEJA DERECHA

Jornada 14

Goles
Felipe
Jesús

Por Jesús

El día amanecía con un sol resplandeciente y con unas temperaturas idóneas para disfrutar de la práctica al fútbol a la 1 de la tarde. Waikiki llegaba a este encuentro con una muy buena racha y dejando muy buenas sensaciones en sus anteriores choques, lo que hacía presagiar que se trataría de un partido bastante disputado e igualado ante un viejo conocido y buen rival como lo es Salken, pero no fue así.

Para este partido no pudimos contar con la presencia de Paco (Nueva York), Rubén (Valladolid) y Bittor (en paradero desconocido). Las numerosas bajas nos hizo volver a contar con Periko para la portería y con Espada para darnos un poco de oxígeno cuando más lo necesitásemos, pues los chicos de Salken se mueven mucho por el campo y no paran de hacerlo durante los 40 minutos.

Desde el primer minuto del encuentro se pudo ver cómo nuestro rival pisó más el acelerador que nosotros y entró al terreno de juego con mucha más intensidad. Fruto de ello llegó el primer tanto de Salken después de una muy buena jugada colectiva.



Waikiki intentó reaccionar rápidamente jugando más con el corazón que con la cabeza, lo que conllevó a que Gallego -en una acción aislada- intentando quitarse el acoso de la presión rival, pasara el balón al contrario, éste se plantó solo ante Periko y le batió sin oposición alguna. Jarro de agua fría para nuestras aspiraciones.



No obstante, los azules no cesaron en su intento y en su fe y siguieron combatiendo hasta que consiguieron recortar distancias de la mano de Felipe después de que Chus Delgado le dejara el gol en bandeja, en una muy buena jugada trenzada por Jesús desde atrás. 2-1 y todavía quedaba un mundo.



Desgraciadamente, la nota negativa del encuentro llegó cuando nuestro compañero Raúl saltó a disputar un balón con un rival y sufrió un fuerte golpe que le supuso una considerable brecha en su ceja derecha que le dejó grogui y le obligó a ser sustituido y ser trasladado al hospital para que le detuvieran la hemorragía. Gracias a Dios, nuestro compañero ya se encuentra bien y todo se quedó en un susto.



Sin embargo, este susto dejó fríos a los nuestros y esto fue aprovechado de manera inteligente por Salken para hacernos más daño con uno o dos tantos más antes de finalizar la primera mitad con gravísimos errores de marca de nuestros jugadores. Una vez llegado el descanso, nos pusimos a hablar entre nosotros para ver qué estaba ocurriendo e intentando buscar soluciones. Sabíamos que el partido estaba ya bastante complicado, pero queríamos terminar el encuentro de pié y con buena cara.

Este cambio de mentalidad se notó desde los primeros minutos del segundo tiempo, donde Waikiki tomó las riendas del encuentro y dispuso de varias ocasiones para volver a recortar distancias, pero nos topábamos con un muy buen portero rival y un enorme cerrojo en la defensa de Salken.


Pese a este a buen inicio en la segunda parte, los fantasmas volvieron a aparecer cuando nuestro portero Periko, en su desesperación al ver que no conseguíamos llegar con más claridad al meta rival, salió varias veces sin éxito desde su portería, lo que nos costó seguir encajando más goles y no parar de desangrarnos.

Esta fue la tónica hasta el final del encuentro, con un resultado final de 8-2 a favor de Salken. El segundo tanto de los nuestros lo hizo Jesús pocos minutos antes de que finalizase el choque tras batir por bajo al portero rival.


Un día malo lo tiene cualquiera, y ese día nos llegó a nosotros este fin de semana. Esperemos poder olvidar este mal trago lo antes posible la próxima jornada, volviendo a cuajar una gran actuación y, sobre todo, volviendo a disfrutar entre nosotros. Por último, dar nuestra más sincera enhorabuena a Salken por su enorme partido.

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