WAIKIKI 2-15 THE OZONERS

Por Zalo

SONROJADOS, ABOCHORNADOS, DESHONRADOS, AFRENTADOS, HUMILLADOS, ULTRAJADOS, VILIPENDIADOS... ASÍ SE RETIRARON LOS JUGADORES AL FINALIZAR EL PARTIDO DEL QUE YA PODEMOS BAUTIZAR COMO DOMINGO NEGRO EN LA HISTORIA DE WAIKIKI

Jornada 4

Goles

Jesús (2)

Escándalo en el pabellón de Barajas. La mancha que cayó sobre este escudo permanecerá imborrable en la historia.Waikiki se presentó al partido con la intención de levantar cabeza tras las dos derrotas sufridas en las dos primeras jornadas.

No podía disponer de David, Felipe, y Jorge que estaban en viajes organizados por el club con mucho tiempo de antelación pensando que este puente tradicionalmente de descanso no habría Liga.

El equipo lo formaron Paco, Miko, José Antonio, Bucha, Angel que vino a echar una mano y no pudo hacer más que achicar agua durante el hundimiento del transatlántico, y Jesús y Zalo que bajo su voluntad jugaron pese a que los médicos recomendaban descanso a sus respectivas lesiones. Especialmente a Jesús se le vio muy lejos de su mejor forma ya que no podía forzar en ninguna acción. Al menos no se agravaron.

El partido ya empezó mal, Paco no llegaba y había desconcierto al no saber si alguien tendría que ocupar su lugar. José Antonio y Bucha se ofrecieron y fue finalmente José Antonio quién ocupó la portería. Con Jesús solo en el banquillo, los demás empezamos el partido casi más mirando a la puerta de entrada para ver si venía Paco, que al propio partido. Tampoco había entrenador, los cambios se hacían cuando alguien que estaba jugando lo pedía.

Enfrente teníamos a The Ozoners, rival desconocido hasta la fecha, pero que su empate con Brasil nos indicaba que no sería un rival fácil. Fue un equipo apañado, ordenado, en buena forma física y con un contraataque domoledor contra el que nunca supimos qué hacer.

Tras un pase en largo de Angel que el portero contrario derribó a Zalo fuera del área, y un tiro cruzado raso de Bucha al poste con la izquierda, acabó el espejismo y empezó la pesadilla.

Sin darnos cuenta estábamos 3-0 abajo tras fallos muchas veces clamorosos en el pase y contraataque en superioridad de The Ozoners. Jesús acortó distancias tras un pase en profundidad y disparo con la zurda que el portero rival llegó a tocar. Para entonces Paco ya había llegado y ocupaba la portería pero nuestros fallos seguían llegando, el balance defensivo era nulo y The Ozoners marcaba goles con la misma facilidad que un cuchillo afilado corta la mantequilla. Al final de la primera parte se llegó 8-2 tras otro gol de Jesús aprovechando un barullo en el área.

Al descanso las caras eran un poema, Miko y Bucha intercambiaron impresiones más o menos acaloradas con Paco acerca del retraso de éste.

El partido ya sabíamos que estaba perdido pero al menos se intentó concienciar al personal para dar la cara, ordenarnos atrás, jugar unidos, salir con ganas, y aprovechar una mañana de domingo jugando al fútbol.

Como viene siendo habitual esta temporada, todo lo que se habla desaparece en la primera jugada y el segundo tiempo fue más de lo mismo. Solo durante pocos minutos salteados fuimos capaces de hacer algo que no fuera parecer unos alevines que se acababan de conocer, pero no fue suficiente. Parecía que fuimos a jugar por compromiso, sin ganas, y que estábamos deseando que el árbitro pitara el final sin importarnos el resultado para irnos a casa.

Los gritos en la grada de "jugadores mercenarios", "peseteros", "esta camiseta no la merecéis"... fueron una constante, la pañolada y el "fuera, fuera" fue de impresión, el público se volvió también contra el palco de autoridades, la pitada al final del partido era ensordecedora, y al menos no hubo incidentes a la salida de los jugadores de los vestuarios.

Waikiki parece que ha tocado fondo, esperemos que aún no quede escarbar, se necesita un giro de 180 grados si queremos disfrutar algo en esta temporada y que no sea un calvario hasta el final. Solo la unión de los jugadores puede hacer posible esto y salir de la zona de descenso que actualmente, y por primera vez en la historia, ocupamos. Pero no es tan malo perder partidos como la pésima imagen de indiferencia ofrecida.

Me flipó para bien: nada de nada.

Me flipó para mal: todo, absolutamente todo.

Me dejó anonadado: no recuerdo ninguna triangulación de The Ozoners, tan solo perdíamos el balón y se plantaban 2 o 3 contra uno al borde de nuestro área. Es decir, que sin quitarles mérito, mucha de la culpa fue nuestra, les hicimos Campeones del Mundo. Metieron todo eso sí, también hay que saber culminar la jugada y nosotros muchas veces no lo hacemos.