EL CAMINO DE SANTIAGO EN BICICLETA (LEON – SANTIAGO)

Séptima Etapa, Palas de Rei – Santiago de Compostela, 77 kms

Sábado 13 de Junio de 2009

Como el día se preveía duro, decidimos salir temprano. Quedamos a las 8.00 para desayunar los 4. El desayuno estuvo enorme, por primera vez tomamos zumo de naranja natural acompañado de queso gallego, salchichón, fruta, tostadas y tarta de Santiago. Para que no nos faltaran las fuerzas.

A las 8.45 cogemos nuestras burras y nos ponemos en marcha. El cielo estaba cubierto pero se preveía sol en breve y así fue. En principio la etapa nos imponía mucho respeto por la cantidad de kms convirtiéndose en la más larga, y por el trazado tan exigente con esas continuas subidas y bajadas.

Pero poco a poco, nos ibamos comiendo los kms y las sensaciones estaban siendo buenas. Las rampas eran duras pero las bajadas nos permitían recuperar y la distancia se acortaba por minutos. El ritmo era superior a los 20 kms/hora y teniendo en cuenta el terreno, debaja ver el buen estado en que nos encontrábamos.

Por fin, tras más de 60 kms terminamos con la carretera N-545 y nos desviamos por unos caminos que se unen al de los peregrinos a pie, ya entrando en Santiago y divisándolo al fondo.

El 32 debió pensar que ya estábamos allí, y emulando al Papa Juan Pablo II, nada más coger el sendero besó el suelo de manera espectacular, saliendo por encima de la bici. Era una pequeña bajada en que la rueda de delante se quedó enganchada en un agujero y salió despedido por arriba, pero afortunadamente sin mayores consecuencias. Todo iba perfecto por la carretera, iba fuerte, quizá con ganas de más kms ahora que el sufrimiento de los primeros días quedaba ya muy lejos, pero fue coger el primer metro de arena y al suelo.

Avanzamos por el camino hasta el monumento a Juan Pablo II ya en el Monte do Gozo, y buscamos la estatua que recordábamos de los dos peregrinos, pero no estaba en el Camino, luego fuimos con el coche a verla.

Ellas ya nos esperaban allí, habían ido antes para ver el Botafumeiro, nosotros por la hora, antes de salir ya sabíamos que no llegaríamos.

Finalmente, por las calles de Santiago y tras despistarnos un poco, buscamos la manera de entrar sin bajarnos de la bici a la Plaza del Obradoiro, que hicimos en una fuerte pero corta subida y al sprint.

Misión cumplida, y con nota. Somos unos titanes!!