Tres en Uno
Por José Antonio
Fue un entrenamiento caracterizado porque se jugaron tres partidos distintos en un solo. Y en esta ocasión no se trató de una metáfora o de un socorrido juego de palabras. Me explico.
Antes de ingresar al campo de juego ya empezó la competición. Los participantes fueron Pablo, Paco, Adolfo, Álex y Jose Antonio (el que escribe). Haciendo honor a la pista de atletismo que bordeaban se enzarzaron en unos improvisados cien metros olímpicos, para evitar quedar entre los dos últimos y ponerse de portero obligado, que acabaron con un desenlace inesperado, pues la pista estaba ocupada por los chicos de la hora anterior, y ni rastro del resto de los componentes del entrenamiento. Es decir, que de los supuestos doce deportistas, quedaban por llegar aún siete, a falta de cinco minutos para las 21:00 horas. Poco después vendrían Carlos, Felipe, Joan y Martín. Tras ello, Felipe informó al respetable que esa noche nada más vendrían al entreno diez jugadores.
Entre unas cosas y otras, el primer partido comenzaría sobre las nueve y cuarto. Un bando quedó compuesto por el EQUIPO A: Felipe, Pablo, Adolfo y Carlos, y el otro lo formaron el EQUIPO B: Joan, Paco, Durio, Álex y Martín. Ese choque duraría unos diez minutos, donde el Equipo B se impuso a su adversario. Este minúsculo encuentro no era puntuable, debido a que al EQUIPO A le faltaba una de sus figuras: José Luis. Al parecer el central granadino ya había avisado a la directiva (osease David) que por razones personales se vería obligado a llegar más tarde de la hora programada.
Fue un entrenamiento caracterizado porque se jugaron tres partidos distintos en un solo. Y en esta ocasión no se trató de una metáfora o de un socorrido juego de palabras. Me explico.
Antes de ingresar al campo de juego ya empezó la competición. Los participantes fueron Pablo, Paco, Adolfo, Álex y Jose Antonio (el que escribe). Haciendo honor a la pista de atletismo que bordeaban se enzarzaron en unos improvisados cien metros olímpicos, para evitar quedar entre los dos últimos y ponerse de portero obligado, que acabaron con un desenlace inesperado, pues la pista estaba ocupada por los chicos de la hora anterior, y ni rastro del resto de los componentes del entrenamiento. Es decir, que de los supuestos doce deportistas, quedaban por llegar aún siete, a falta de cinco minutos para las 21:00 horas. Poco después vendrían Carlos, Felipe, Joan y Martín. Tras ello, Felipe informó al respetable que esa noche nada más vendrían al entreno diez jugadores.
Entre unas cosas y otras, el primer partido comenzaría sobre las nueve y cuarto. Un bando quedó compuesto por el EQUIPO A: Felipe, Pablo, Adolfo y Carlos, y el otro lo formaron el EQUIPO B: Joan, Paco, Durio, Álex y Martín. Ese choque duraría unos diez minutos, donde el Equipo B se impuso a su adversario. Este minúsculo encuentro no era puntuable, debido a que al EQUIPO A le faltaba una de sus figuras: José Luis. Al parecer el central granadino ya había avisado a la directiva (osease David) que por razones personales se vería obligado a llegar más tarde de la hora programada.
Una vez que José se enfundó la elástica del EQUIPO A, empezaría el segundo partido, es decir, que los puntos ya estaban en juego. Al poco de iniciarse este choque, nuestro amigo Carlos cayó lesionado, y antes de abandonar el terreno de juego dejando cojo a los suyos, pensó que lo mejor sería ponerse de portero con el EQUIPO B, puesto que –creo recordar- Felipe hasta ese momento estaba siendo portero, debido a otra lesión que arrastraba. Con ese fichaje de última hora el EQUIPO B se tuvo que desprender de una de sus joyas, Álex, y cederla a su máximo rival, el EQUIPO A. En unos segundos Álex se olvidó de sus antiguos compañeros de camiseta, cambió el chip, y se convirtió en un peligro constante por la banda izquierda. La hora de la verdad ya había comenzado y pese a tratarse de un entrenamiento bastante disputado por ambos bandos, con triangulaciones de muy bella factura, el EQUIPO A llevó la delantera en el marcador en todo momento. A falta de pocos minutos para llegar a las 22:00 horas, cuando el EQUIPO B, volvía a estrechar el marcador a un escuálido tanto de diferencia, el pobre Carlos no pudo seguir más, y abandonó las instalaciones entre lágrimas de impotencia, ovacionado por todos los espectadores que abarrotaban el Moratalaz Arena.
Fue ese instante cuando en una rápido “break” se reunieron las juntas directivas para determinar el devenir del choque. Finalmente recomenzó el entreno, en un tercer partido, donde el EQUIPO A sólo podría meter sus goles desde dentro del área pequeña defendida por los pupilos del EQUIPO B, como compensación a su superioridad numérica. Aunque se trataba de un nuevo capítulo de este anómalo entrenamiento, el guión no varió, el EQUIPO A seguía dominando en el electrónico, si cabe con más holgura, y terminaría ganando este intermitente tri-partido por 3 ó 4 goles de diferencia. Hay que decir que fueron justos vencedores, aunque tuvieron que sudar muy mucho la camiseta, antes de cantar victoria.
Lo mejor: La admirable actitud de Carlos, por tratar de seguir jugando pese a la lesión que sufría. Y la deportividad que se vivió dentro del terreno de juego por parte de los diez deportistas, que esta vez, si hicieron honor a ese calificativo.
Lo peor: La lesión de Carlos, y el tener que jugar buena parte de la hora cuatro contra cinco. Como ya le dije a Felipe, tras finalizar el entreno, que si otro jueves volviamos a ser diez personas en vez de doce habituales, se anulara el entrenamiento, porque corremos el riesgo de que se repita la historia una y otra vez, como ya ha pasado más veces durante esta temporada. ¿Qué os parece?
La anécdota: Por sobredosis de anécdotas ha sido imposible seleccionar la mejor. Estimado lector elija la que más le guste.
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